Lo que diferencia al estándar Passive House de otros conceptos genéricos es su capacidad para reducir la demanda máxima de calefacción, el consumo de energía y por lo tanto el ahorro económico
Una casa pasiva debe verse como una inversión fácilmente amortizable, que dotará de un confort inigualable y un coste en climatización prácticamente nulo
En una Casa Pasiva, el confort térmico se debe en su mayor parte al uso de las medidas pasivas enumeradas a continuación:
En estos últimos años se están implantando, en España, las construcciones Passivhaus, que son construcciones de consumo casi nulo que siguen unos estrictos criterios en materia de eficiencia energética y uso de energías renovables, marcados por el PassivHaus Institut (PHI).
Pero una vivienda Passivhaus es más que el proyecto y ejecución de una edificación siguiendo unos criterios preestablecidos de alta eficiencia y consumos casi nulos de energía, ya que al final del proceso obtendremos un certificado del PassivHaus Institut (PHI) verificando que cumple con dichos requisitos.
Este certificado es resultado de una auditoria tanto en la fase de proyecto como en la de ejecución por el PassivHaus Institut o por un certificador homologado que actúa en su nombre, acreditando mediante dicho certificado el diseño y ejecución de la vivienda bajo dicho estándar.
Lógicamente esto tiene un pequeño coste adicional, producido por los honorarios de esta auditoría y entidad de certificación, y por eso nos podemos hacer la pregunta:
Lo primero que tenemos que saber es que este es un certificado reconocido internacionalmente, por lo que independientemente de donde esté construida la edificación certificada bajo este estándar, cumple con todas las exigencias de PHI.
Estos certificados son interesantes a la hora de tasar o peritar una edificación ya que le estamos proporcionado información verificada a los técnicos que incluso pueden anexarla a los informes.
Y como es lógico, esto va en beneficio del propietario, incluso entidades bancarias como Triodos Bank vinculan las condiciones de sus hipotecas a la tenencia de un certificado como este, previendo una menor depreciación de estas viviendas, justificado por aspectos que están implantándose en Europa y ya empiezan a plantearse aquí como son los beneficios fiscales a las viviendas más eficientes y que ciudades como, Hannover, Frankfurt o Bruselas hayan adoptado este estándar como obligatorio a nivel municipal.
La tendencia del sector (como ha ocurrido en otras industrias) es la de ofrecer certificados y sellos de calidad, que garanticen la calidad de nuestras edificaciones ante terceros.
Esta pequeña inversión de auditar/certificar nuestra edificación para verificar que cumpla con unos requisitos preestablecidos y obtener así un sello de calidad, es amortizable en muchas situaciones a lo largo de la vida de la misma, sin olvidar que también es una garantía para nosotros mismos.